Se debe entender la auditoría financiera, como la revisión de las cuentas anuales de una sociedad para verificar que las mismas expresan la imagen fiel del patrimonio y de la situación financiera, así como de los resultados correspondientes al ejercicio anual y los flujos de efectivo. Dicho de otro modo, verificamos que las cuentas anuales sean fiables de cara a un tercero, ya sea accionista, trabajador, entidades bancarias, o cualquier otro actor económico interesado en la sociedad objeto de auditoría.

Es, por tanto, no sólo una obligación de la empresa en determinados supuestos, sino además una garantía frente a los propios socios, frente a proveedores y clientes, y frente a entidades financieras e inversores, de la fiabilidad de la información y la profesionalidad en la gestión. Por todo ello, debemos valorar la auditoria como una inversión y no como un gasto. Una inversión en transparencia.

Desde Netadia queremos aportar una doble vertiente en los objetivos de nuestros clientes: la mejora de la calidad de la información financiera que, a su vez, potencie la confianza que depositan en ellos sus correspondientes grupos de interés. Para ello, prestamos nuestros servicios de auditoría, desde la cercanía y la profesionalidad que siempre nos ha caracterizado.

Fruto de nuestro afán por mejorar y abarcar más servicios, también prestamos servicios de auditoría a diversos organismos o entes públicos.

Los trabajos para dichas entidades pueden ser de dos tipos, a parte de la prestación de servicios de auditoría financiera:

AUDITORIA DE CUMPLIMIENTO: Es una herramienta que permite determinar en las organizaciones el nivel de cumplimiento regulatorio, corporativo, fiscal, gubernamental o privado. Abarca las áreas de personal, ingresos, contratación, subvenciones y ejecución presupuestaria.

AUDITORÍA OPERATIVA: La auditoría operativa es aquella centrada en evaluar de forma exhaustiva el empleo de los recursos con los que cuenta una organización y si de forma eficiente y de calidad logra sus objetivos marcados.